viernes, 5 de agosto de 2011

Sabiduría Homérica








"Solo porque no me importe no significa que no lo entienda"

Homer J. Simpson

lunes, 1 de agosto de 2011

Zulú, de Cy Endfield




“El 22 de enero de 1879, 139 galeses del ejército británico defendieron una base emplazada en una misión frente a una fuerza zulú de 4.000 guerreros. La película "Zulú" está basada en los hechos acaecidos aquel día."

Así de directa y rápida empieza Zulú, estupenda película bélica británica dirigida por Cy Endfield y protagonizada por Stanley Baker (que también ejerció de productor) y Michael Caine en su primer papel protagonista en el cine. Durante dos horas asistimos a la heroica lucha de un puñado de soldados británicos por defender el pequeño puesto de Rorke´s Drift pero sobre todo, una lucha por su propia supervivencia.

Además de contarnos una estupenda historia donde los personajes nunca están en segundo plano a pesar de que estamos hablando de una película de espectacular acción, ver Zulú es verdaderamente un regalo para la vista. Sin ánimo de parecer pedante (y si lo parezco me da igual) me gustaría coger a mucha gente que hace cine bélico o de acción hoy día y recordarles que hay una cosa en el cine que se llama trípode y otra que se llama composición, dos cosas con las que se puede conseguir si se sabe hacer mucho más dramatismo que las orgías visuales que tenemos hoy día en el cine. Zulú es un gran ejemplo de ello pero de eso hablamos en un momento.

La primera parte de la película nos presenta como es lógico a todos los personajes y los conflictos de cada uno: los tenientes Chard y Bromhead con su rivalidad sobre quién está al mando, el delincuente y soldado Hook, que se hace pasar siempre por enfermo para no cumplir con sus obligaciones militares… todos con sus matices y contradicciones. El que parece arrogante también es valiente y finalmente incluso humilde, el pusilánime se hará fuerte y los que están enfrentados se terminarán respetando y necesitando. Además de los personajes secundarios como los sargentos de unidad, el soldado barítono o el joven corneta, también con sus problemas y miedos, que nos hace al espectador preocuparnos de verdad por todos ellos y sufrir también la que les está cayendo encima. También el director se preocupa en presentarnos bien (dedica todo el comienzo del film a ello) a los guerreros Zulús, que aunque no se representan más que como grupo y sin personajes particulares, no son vistos como malvados o los “villanos”, sino como guerreros valerosos y fuertes, sencillamente el otro bando en una guerra de un día.

Ahora nos queda hablar de, como quién dice, el estupendo envoltorio del film, la propia lucha entre los dos bandos, verdadera lección técnica de cómo representar una batalla, que se traduce en escenas de verdadera belleza épica y terriblemente elegantes, que nos transmiten toda la intensidad y emoción de la lucha de una forma que pocas veces he visto últimamente en los cines. Y es que, al hilo de lo que comentaba antes, estoy harto de esa especie de moda (o pereza, no lo sé) actual que implica que toda escena bélica o de acción es un picadillo informe de planos de menos de medio segundo con la cámara al hombro de tal manera que lo que ve el espectador es la nada más absoluta. ¿Dónde está la emoción o el drama ahí? Aunque claro, si no hay historia que contar como pasa muchas veces, no hay drama que representar y por lo tanto nada que enseñar, así que puede que lo del "picadillo para todos" sea lo mejor.

Pero es que ya no solo aquí sino hasta en la película más intimista o escena más tranquilita de un film cualquiera ahí está, implacable, la imagen temblequeando como si al operador le hubiera dado algún tipo de ataque epiléptico y no hubiera sustituto posible. “Hagámoslo en plan sucio, realista, el cinema verité…”, lo que tu digas, amigo. No digo que esté mal, pero abusar de cualquier cosa en esta vida es algo que no hay que hacer y ese tipo de usos a mi parecer empiezan a oler más de lo que el público puede soportar.

Entonces uno ve Zulú y como que sales de la pesadilla vibratoria y empiezas a disfrutar de escenas de batalla impresionantes, en las que cada plano tiene sentido y además es una verdadera maravilla de composición, fotografía, movimiento de los actores… con movimientos de cámara expresivos, que conviven perfectamente con la acción, reforzándola, dramatizándola y haciéndonos vivir la batalla como pocas veces he visto. Escenas como la llegada de los Zulús por las colinas, el “duelo de cánticos” que tienen los dos bandos o como colofón la defensa final del reducto son sin duda imprescindibles dentro de la historia del cine bélico.

Además el ritmo transmitido en la película es muy bueno. Al contrario de la intensidad de las batallas, se dedica mucho tiempo en darle a la historia escenas de "descanso" con un aire pesado de la espera, ese que por lo que sabemos por las películas hay al parecer siempre en toda guerra antes de las batallas, con hermosos planos del valle, en el que los Zulús se mueven entre las hierbas para intentar emboscar a los británicos. Todo en un silencio absoluto roto solo por el sonido del viento con los soldados ingleses inmóviles, buscando al enemigo en la espesura. Esta alternancia de ritmos sin duda le da al film la agilidad y variedad que necesita para tener al espectador tenso y expectante hasta el final.

Y no sería justo hablar de Zulú sin nombrar su música, compuesta por John Barry (el cual falleció recientemente por desgracia). Aunque no tiene precisamente mucho acompañamiento musical, el film sabe usarla en los momentos adecuados, sobre todo el tema principal “Isandhlwana”, que pone los pelos literalmente de punta. Impresionante.

Mucho más se podría hablar de la película, de las interpretaciones de sus actores, de los guerreros zulús que son verdaderos guerreros zulús y no actores, de su relativamente reducido presupuesto con el que hicieron maravillas…pero lo mejor es que la consigáis y la disfrutéis en vuestra casa. Y si de alguna manera conseguís disfrutarla en cine no os olvidéis de llamarme, porque esta es una de esas películas por las que mataría para ver en la pantalla grande.

Aquí os dejo el trailer del film así como el potentísimo tema principal de John Barry. Después de ver estos dos enlaces, no me digáis que no os pica la curiosidad.