lunes, 26 de marzo de 2012

Prometheus de Ridley Scott

Poco a poco vamos teniendo más cerca la nueva incursión de Ridley Scott a la ciencia ficción, concretamente al universo de la saga Alien que el mismo creó con la inigualable película de 1979 (puede que me la ponga esta noche para revivir buen cine de terror), con Prometheus, que se estrenará este verano. A primera vista tiene muy buena pinta y es que no se como ha tardado tanto Scott en volver a un género en el que está claro se desenvuelve tan bien (Blade Runner es otro de sus trabajos más importantes).


lunes, 19 de marzo de 2012

Hausu, de Nobuhiko Obayashi


Vale, lo admito. Cuando dije que Kwaidan era una manera diferente de contar una historia de fantasmas olvidé por completo que existía esta película, la cual es con diferencia una de las cosas más raras que puedes ver ya no solo en el género de terror sino en el cine en general.


¿Cómo explicar lo que es Hausu? ¿Una película de terror japonés experimental y psicodélica? ¿Una especie de Giallo elevado a la enésima potencia con tintes de comedia adolescente? ¿Una drama pop-alucinatorio y colorista de colegialas japonesas? Bueno, pues puede que todo lo dicho tenga razón y esté equivocado, porque la película de Obayashi se sale de todo intento de clasificarla, siendo uno de los filmes de culto más extraños y alucinantes de la década de los 70, una película que puede gustar o no (ya os digo que a mi me encanta) pero que te va a dejar perplejo y boquiabierto de principio a fin sin saber muy bien lo que acabas de ver.

Dirigida por el realizador experimental Nobuhiko Obayashi, Hausu nos cuenta la historia de siete adolescentes japonesas que van a pasar las vacaciones de verano a la aislada casa de la tia de una de ellas junto con su "atractivo" profesor. Por un incidente aparentemente casual el profesor no puede acompañarlas así que van solas al viejo caserón. Sin embargo en cuanto llegan extraños sucesos comienzan a darse, pues algo malvado habita en la casa...

                                    
Lo cierto es que sobre el argumento poco o nada más hay que contar porque con lo que hay es más que suficiente y no es precisamente algo a destacar dentro de la película. Sin embargo con esta excusa el director nos ofrece una puesta en escena más que interesante, con todo un abanico de experimentos visuales, sonoros y de montaje para dar algo radicalmente diferente y único como película de terror. Fondos pintados a mano, iluminaciones radicales y llenas de colores chillones, decorados todavía más coloridos y horteras, efectos especiales ridículamente mal hechos, stop motions de andar por casa, matte paintings dignos de una película de serie B de los 50.... pero ojo, no hay que llevarse a engaño, pues es una película más que bien hecha a pesar de que parezca justo lo contrario.

                          


                          


A la hora de hacer la película el propio director comentó que buscaba un terror más cercano al mundo infantil que al adulto ya que el primero siempre resulta mucho más abstracto e interesante por la capacidad que tienen los niños de reflexionar y pensar sobre cosas que no entienden, algo que a los adultos se nos escapa más facilmente. Parece ser que dio en el clavo porque por lo visto la película (que fue un intento japonés de hacer un equivalente nipón de "Tiburón" de Spielberg, estrenada hacía un par de años) fue un éxito por lo que parece entre el público infantil. La verdad es que el terror de Hausu es algo más bien abstracto, y más con el envoltorio visual que lleva, pero que inexplicablemente funciona, aunque no de la manera a la que estamos acostumbrados con otros films de terror, lo cual es más que interesante. Escenas como el piano devorando a Melody con una pecera como filtro, para más adelante ver sus dedos flotando tocar el tema musical, el espejo roto lleno de sangre o la divertida a la vez que desagradable escena en la que la dueña de la casa enseña el ojo que lleva en la boca en secreto a la protagonista mientras todas comen "sandía"... generan una extraña sensación que te acompaña buena parte del film que recuerda mucho a cuando siendo niños ciertas cosas o personas, generalmente sencillas o normales, nos generaban ese terror-atracción del que no nos podíamos librar.

                                                                                         
El único problema que tiene Hausu, aunque por su naturaleza experimental no creo que sea un problema que le preocupe demasiado, es que es un film en el que cuesta entrar y mucho menos tomárselo en serio. Aunque toda la parafernalia visual y de efectos artesanales suele acompañar bien y sin problemas a lo siniestro y extraño de la historia, muchas otras veces la sobrepasa demasiado, de tal manera que ya no sabemos muy bien si se nos pretende asustar, hacer reir o sencillamente dejarnos totalmente descolocados ante la pantalla. Sin embargo hay que decir que Obayashi suple bien ese defecto haciendo que Hausu no sea una película que se tome demasiado en serio a si misma. El profesor feo que lleva a todas de calle que se convierte en  un montón de plátanos (!), las repentinas escenas de kung fu que protagoniza una de las jóvenes (precisamente llamada Kungfu) a veces, la cabeza flotante de la regordita Makku mordiendo el culo de la protagonista...vamos que el director sabía donde se metía con su experimento y decidió darle la distancia adecuada para entretener a la par que arriesgar todo lo que él quisiera, lo que es una más que buena idea.


Bueno, aunque no se muy bien sobre qué, pero mucho más se podría hablar de esta película, el problema es que es tan dificil de definir que lo mejor es que la veais vosotros mismos. Seguro que no os arrepentireis.

domingo, 18 de marzo de 2012

En Cartel

Entre las novedades de esta semana en cartelera, las cuales no son demasiado destacables (la resaca de los Oscar pasa factura a todos), me he encontrado con una sorpresa agradable, "Tenemos que hablar de Kevin", la cual tengo que decir que fui casi obligado a verla y al final salí más que satisfecho de la sala.

Con muy pocos recursos pero una historia bien pensada y contada, talento y unas más que buenas interpretaciones entre otros ingredientes se nos cuenta desde un punto de vista diferente el nacimiento, educación y maduración de lo que se puede considerar un "monstruo" de la sociedad. Y es que hasta los peores monstruos tienen una madre.

Todo escapando hábilmente de los elementos típicos de esta clase de films y demostrando que el audiovisual británico está viviendo un muy buen momento, tanto a nivel televisivo como cinematográfico. Francamente recomendable.