miércoles, 15 de junio de 2011

"The Wicker Man" de Robin Hardy




El sargento Neil Howie, estricto detective inglés con unas creencias cristianas cercanas al extremo, recibe una misteriosa carta en la que le informan que una niña ha desaparecido en la localidad de Summerisle, una isla en la costa de Inglaterra, por lo que inicia una investigación en el aislado lugar. Al llegar en su avioneta y comenzar a hacer preguntas, le comentan que esa niña no existe en la localidad ni ha existido nunca, pero Howie presiente que todo el mundo le miente. Pronto descubrirá que Summerisle es un lugar mucho más extraño de lo que pensaba, donde procesan creencias paganas con ciertos ritos que llevan al sargento a la obligación de encontrar a la niña perdida antes de que su vida peligre, si es que sigue viva.

Película de culto inglesa y una de las cintas más representativas de la década de los 70 en Inglaterra, “The Wicked Man” nos ofrece una estupenda película de misterio llena de sorpresas, un mundo alternativo e inquietante, con una historia muy bien llevada y sorprendente además de una invitación a reflexionar sobre la religión y los peligros de las creencias llevadas al extremo.

Con un guión de Anthony Shaffer (que ya tenía en su haber películas como La Huella o Frenesí) y con el apoyo de un actor de la talla de Cristopher Lee (realizo el trabajo sin cobrar y participó con mucha fuerza en la promoción del film) que hace uno de sus papeles más memorables, aunque con unos pelazos de los que seguro en los 80 ya se arrepentía, “The Wicked Man” supone un interesante giro a los films de terror habituales por entonces en Inglaterra proponiendo una nueva fórmula. En este film se cuida mucho más el aspecto de sugerencia y creación de ambientes más que del golpe de efecto en si, algo que desde mi punto de vista le va muy bien al género de terror. Lo que el espectador pueda imaginar siempre será mucho más terrorífico que lo que el autor le pueda mostrar, y esta máxima se cumple durante todo el film mostrándonos cada vez un aspecto más sórdido y raro de Summerisle, con un peligro que planea constantemente sobre el protagonista aunque no podamos más que intuirlo.

Muy interesante en este sentido por ejemplo la escena del escarabajo en el pupitre, creo que con menos recursos no se puede lograr un efecto mayor de desconcierto y “mal rollo” en el espectador.

Lo cierto es que la película se sirve muy inteligentemente de elementos universales tanto del propio cine de terror como de la religiosidad (religiosidad en general, pues todas las creencias religiosas tienen muchos puntos en común en sus aspectos más básicos) y de todos los fantasmas que guardamos los seres humanos en el inconsciente desde que vivíamos en las cavernas: el cementerio, el árbol, el ya mencionado escarabajo… y por supuesto la relación entre el terror y el sexo, muy bien aprovechado en esta cinta para enrarecer mucho más el ambiente que reina en el pueblo costero.

Resulta muy llamativo el uso de la música en todo el film en forma de las canciones que cantan los habitantes del pueblo, desde las coplillas que recitan los niños en el patio del recreo mientras danzan, hasta las lascivas “canciones de seducción” que cantan los jóvenes en el bar en honor a la hija del posadero, una especie de diosa del amor local por decirlo de alguna manera, o la canción del final de la película, que sin desvelar nada diré que es la que más fuerza dramática tiene por lo “intenso” de la situación. En la tónica de romper con el terror clásico de entonces podría considerarse "The Wicked Man" un musical de misterio y terror, lo cual es, como poco, llamativo además de estar muy bien conseguido.

La realización es bastante sencilla pero muy adecuada y cuidada porque lo cierto es que la historia no pide más. Con planos generalmente largos que apoyan la sensación de pesadez en la película (y dejan entrever la escasez de recursos de la producción) y alguna que otra escena muy interesante como el desfile de Mayo o la escena de los niños alrededor de árbol, se agradece que no se complicaran la vida con aspavientos para dejarnos seguir el argumento e intentar unir las piezas que nos van dando para desvelar el misterio de Summerisle, que es lo que importa en la película. En ese sentido el guión presenta algún que otro fallo importante el cual los espectadores no pasamos desapercibidos, sobre todo en el tercio final, pero son muy pocos y se perdonan por lo original de la historia.

En general creo que lo más interesante de la película es el ambiente conseguido, enrarecido, oscurantista, pero que sin embargo todos tenemos de alguna manera presente en nuestra memoria (mas histórica que personal, claro) cuando la ceguera que puede producir cualquier fé se impone en cualquier sociedad ante la lógica, la razón y el sentido común. Resulta interesante como Howie, que parece el emisario encargado de llevar la luz de la civilización a Summerisle, al final, superado por las circunstancias, se enroca en su propia fe, la cual por cierto vemos que no solo no le sirve de mucho (tanto él como los habitantes del pueblo están poco dispuestos a escuchar algo que no sean sus propias creencias) sino que al final se nos descubre que se parece más de lo que le gustaría al paganismo en Summerisle del que tanto abomina.

Mucho más se podría hablar de las cuestiones religiosas en la película y por supuesto de la película en si, pero mi consejo es que la consigáis (ojo, la versión de los 70, no el remake de 2006) cuanto antes y la veáis, como siempre, en la pantalla más grande que podais. No os arrepentiréis.

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