Newland Archer y May Welland son dos jóvenes prometidos de
la alta sociedad newyorkina de la década de 1870. La llegada de la condesa
Olenska desde Europa huyendo de su autoritario marido supondrá un cambio de
rumbo para el joven Archer. Lo que inicialmente parece un mero deseo de ayudar
a la condesa a conseguir el divorcio pasará a una verdadera pasión por la mujer
y un fuerte conflicto interno entre sus valores conservadores y sus ansias de
libertad. Sin embargo, la jeroglífica y opresora sociedad de la época no hará
mas que poner trabas a la pasión de los amantes.
Cuando uno piensa en Martin Scorsese lo primero que le viene
a la mente son mafiosos italianos, tiros, violencia y sangre, realizaciones y
puestas en escena excesivas y arriesgadas, música de gente como los Rolling
Stones… aparentemente justo lo contrario de este drama de época, lleno de gente
educada, lujosas cenas, veladas en la ópera y paseos por jardines victorianos.
Pero claro, como venía demostrando ya desde hace mucho tiempo, Scorsese es un
gran director, capaz de trascender sus propias convenciones y ofrecer siempre
cine de calidad sea el género que sea. Posiblemente de los directores de su
generación sea el que mejor se ha mantenido hasta hoy día y La Edad de la
Inocencia no solo no es una excepción sino que
puede estar tranquilamente entre las grandes obras del director.
Los habituales excesos de Scorsese a la hora de filmar la
acción (no hay que preocuparse, luego se quedó bien tranquilo con “Casino”), al
principio parecen desaparecer en este film pero ojo, no hay que engañarse
porque el director italoamericano está jugando a su mismo juego, solo que de
otra manera ya que el mundo a retratar es radicalmente diferente lo que se
traduce en un uso diferente de sus recursos narrativos, apoyándose más
intensamente en el arte del film, el cual ya diré que es sencillamente
alucinante. El impresionante y delicado
vestuario de los personajes, los
fastuosos escenarios, los cuadros y pinturas de cada hogar, que tanta
importancia tienen en la historia, las lujosas cenas con sus exuberantes
alimentos en la mesa, las flores y el color. Todo. Todo al servicio de meter al
espectador en la sociedad de la época, en sus rituales, excentricidades y
convenciones. En el comportamiento de sus miembros, en su modo de mostrarse
ante sus semejantes y, lo que es más importante, en los deseos ocultos de la
encorsetada sociedad de finales del XIX, porque lo que se dice y se muestra, y
lo que se piensa, suelen ser dos cosas muy diferentes y más en aquella
sociedad. Idea importante y constante a lo largo del film y que supone el motor
principal del film. Deseo y culpa, dos temas que a Scorsese le son más que
familiares.
A pesar de una realización mas “tradicional” Scorsese se
sirve de muchos otros recursos como un muy interesante uso de los iris para
reencuadrar momentos o situaciones importantes, algunos verdaderamente sutiles
(como por ejemplo la escena en la que Archer entra en la floristería en la que
se nos focaliza en un gran ramo de rosas amarillas, asociadas a la condesa
Olenska), sus habituales cambios de iluminación en medio de la propia toma o un
muy interesante uso de fundidos para enfatizar en esos pequeños momentos,
objetos o gestos, casi imperceptibles pero que tanto quieren decir entre los
personajes. Una vez más la diferencia entre lo que mostramos de puertas para
afuera y lo que sentimos en nuestro interior apoyadas por una realización que
también ayuda a dar forma a un mundo que a los espectadores del siglo XX y XXI
nos es lejano e irreconocible. Me viene como ejemplo la escena en la que Archer
y Olenska se encuentran en la cabaña. Archer mira por la ventana y Olenska se
levanta para abrazarlo. Cuando Archer se gira hacia ella la descubre aún
sentada ante el fuego. Todo ha sido tan solo una imaginación, un deseo del
joven abogado.
A diferencia de las explosiones de violencia de Taxi Driver
o Goodfellas, la imagen y la palabra son extremadamente sutiles en el metraje y
en este film todo un mundo interior puede derrumbarse tan sutil y
silenciosamente como esos planos en los que la madera que arde se convierte en
ceniza.
Interpretativamente hablando es muy interesante ver el
ejercicio de contención que hacen los protagonistas, los cuales están más que
estupendos y es precisamente por eso por lo que la historia conserva su fuerza.
Michelle Pfeiffer hace un estupendo papel como mujer perdida en una sociedad
que la repudia, pero puede que me guste más Winona Ryder en su papel de noble y
honorable esposa de Daniel Day Lewis, la cual protagoniza el momento más
potente del film a mi parecer, cuando le pide a su marido que se quede a su
lado ya que espera a su primer hijo.
Creo que es importante nombrar el énfasis que Scorsese hace
a lo largo de toda la película en las pinturas que decoran las casas de los protagonistas. La película en si es bastante pictórica pero en muchas ocasiones nos obliga a mirarlos e incluso el viaje por
Francia de Archer y May es narrado directamente con cuadros de la época. En una
historia y en un mundo donde las cosas no son lo que parecen, el uso de estos
cuadros son un recurso más que útil e interesante para describirnos a cada uno
de los personajes en su modo de ser, de pensar o incluso sus deseos concretos
en algunos momentos. Los cuadros del joven Archer, muchos de ellos sobre
paisajes lejanos y fantasiosos nos ayudan a comprender su interior así como el gran
cuadro encima de la chimenea de Olenska hace un estupendo contrapunto a las
palabras formales que se intercambian los dos amantes antes de ceder a su deseo
(al menos parcialmente) y mostrarse sus sentimientos. El tema de los cuadros (y
de las flores, ojo) es muy interesante en este film y seguro que podríamos
extendernos mucho tiempo, pero ya que mis conocimientos de pintura son mas bien
escasos mejor dejarlo aquí.
En definitiva una película redonda de Scorsese y aunque
pueda parecer algo muy diferente a lo que nos tiene acostumbrados en el fondo
nos habla de lo mismo, solo que en el terreno de los modales y la introspección,
cambiando los baños de sangre por educadas cenas en las que la familia decide
separar definitivamente a los amantes. Ambos casos igual de terribles solo que
desde otro primsa.
Me he dejado muchas cosas en el tintero, porque estoy
seguro de que mucho más se podría hablar de esta película, pero lo mejor es que
la consigáis vosotros mismos y la disfrutéis, como siempre en una gran pantalla.
Estoy seguro de que no os arrepentiréis.
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