jueves, 8 de agosto de 2013

Hobo está cabreado...

El otro día me comentaron lo buenrrollista y tranquilito que es este blog, todas las pelis me gustan y todas están bien. Bueno, eso tampoco es del todo cierto, muchas películas me disgustan, me enfadan al salir de la sala o incluso me provocan alguna que otra arcada, pero siempre he sido de la opinión que toda película que no merece la pena, que no tenga nada que salvar, solita se tira al pozo del olvido de cabeza sin que nadie tenga porqué hablar mal de ella. Además es una pérdida de tiempo dedicar a cualquier mal film más tiempo del que ya le dedicamos viéndolo.

Pero bueno, haciendo caso a la audiencia he llamado a mi buen amigo Hobo, que como bien sabéis está habitualmente bastante cabreado, y si no sabéis porqué ya estáis tardando en ver su película (vive en una ciudad de mierda llena de delincuentes, pervertidos y enfermos varios, la cual intenta limpiar con su escopeta). Aunque no lo parezca Hobo a veces se cuela en algún cine, más que nada para escapar de las temperaturas según la época del año, y el otro día se metió a ver nada más y nada menos que GUERRA MUNDIAL Z, y me ha dicho si puedo transcribirle su opinión (no parece demasiado contento). Aquí os la dejo que ya me está mirando mal y ha cargado su escopeta...


GUERRA MUNDIAL Z

Llego, tarde, por desgracia ya llego tarde para poner a parir esta especie de aberración de Hollywood y joderles un poco el negocio que se han montado con el libro de Max Brooks. Digo que llego tarde porque ahora parece que solo cuenta la recaudación del primer fin de semana en cualquier película y si va bien, esto ha sido un exitazo mundial y una joyita, y si va mal (aunque sea una buena película de verdad), hala, a la basura por cutre y por no haber llamado bien la atención. Sigo esperando el día en el que directamente se cuente la recaudación de la primera media hora de película, aunque al minuto 31 el público salga de la sala corriendo con las manos en la boca intentando que el vómito no se les escurra entre los dedos hasta encontrar la papelera más cercana. Y todas las entradas enmoquetadas de los multicines de centro comercial embarradas, resbaladizas y con olor a jugos gástricos palomiteros, pero dará igual porque los encargados de márquetin habrán engañado a ochocientos millones de imbéciles para ir a ver su basura y comprar la entrada.

Bueno pues yo soy uno de esos ochocientos millones. Nunca he sido muy de zombis y vísceras (en mi ciudad ya tengo suficiente de eso), pero sí que he leido el libro de Max Brooks, del que la película sólo conserva el título. Y aunque esté más que revisto eso de "el libro es mejor", me resbala mucho porque es así. Si hasta la peña fan de los vampiritos metrosexuales de Crepusculo puede decir "el libro es mejor", que ya manda huevos, con más motivos puedo decirlo yo de Guerra Mundial Z. Un libro buenísimo que gusta tanto a fans de lo zombi como a los que no lo somos, que pedía a gritos una película, o incluso varias, diferente, fuera de lo convencional, con entrañas pero de las de verdad y de las metafóricas.

Y van, y me salen con una película como se hace todo ahora: light, sin cafeína ni alcohol, con menos chicha que una modelo de pasarela, que guste al niño y a la abuelita para que toda la familia vaya a verla y salgan encantados de lo guapo que salía Brad Pitt y de cuantos zombis había corriendo por la pantalla.

No tengo nada en contra de Brad Pitt pero ¿Qué basura manida es esa de la historia pseudofamiliar del protagonista? "Papa, papa, trabajas demasiado, no salves al mundo y quédate con nosotros a jugar", "No hijo no puedo, es mi deber como emisario de la ONU, es posible que llegue tarde a cenar ya os voy llamando con mi móvil". Vamos por favor, creía que ese rollo quedó atrás a finales de los 90.

Y ese personaje asqueroso del científico dando esa explicación tranquilizadora al espectador en plan "Ey, no hay nada que el ser humano no pueda superar, solo hay que encontrar el talón de Aquiles de la naturaleza, así que tranquis amiguitos, que esto va a acabar bien". Perfecto, toda la posible injundia de una infección zombi como Dios manda, el hecho de que NO HAYA SOLUCIÓN POSIBLE, algo que supera a la humanidad y a la ciencia, un futuro pesimista...nada, todo a tomar por saco porque a un científicucho de Harvard que aún no se afeita se le va a ocurrir una idea pronto. Menos mal que muere rápido y como se merece: de una forma ridícula y vergonzosa para su familia, de los pocos momentos que disfruté de la peli.

¿Y qué me decís de los zombis saltimbanquis y dopados? ¿Donde quedó el zombi de toda la vida, el lento, implacable y estúpido? Lo mejor del libro de Brooks era como te explicaba como un periodista (como un buen periodista quiero decir), la invasión desde el principio: un origen misterioso pero la expansión era creible, terroríficamente creible, angustiosa y lenta, como todo lo relacionado con los zombis. Aquí nada, de pronto en plena quinta avenida aparecen ochocientos zombis que parece que van a las rebajas a por unas bragas nuevas y les entra el gusanillo de comer algo por el camino. Y corren, y saltan, y vuelan, y derrapan, y hacen calceta...vamos que podrías darles un trabajo en alguna empresa porque parecen bastante preparados y dispuestos. Es que ni siquiera las escenas de masas de zombis me las creo y eso que es lo único que se parece remotamente al libro. Quizás me estoy haciendo viejo pero la infografía cada vez me duele más a los ojos y esas pirámides express de zombis saltadores me daban más risa que otra cosa.

Con la de buen material y de ideas que tenían y ya nos han quemado la novela con esta basura de campeonato. Con lo buenos que eran los capítulos de la aviadora y la radio, de la creación de "Destress", el monje ruso y la pistola, la historia de Korea (la rozan un poquito en la película lo cual me medio agradó), la limpieza de las catacumbas de París, la reconquista humana...y nada. Brad Bitt, zombis guapos y atléticos y la misma historia de siempre, que solo les faltaba que para detener la invasión hubiera habido que poner una bomba atómica en el zombi madre, lo cual pues tampoco hubiera sido mucho peor que el final positivista y buenrrollista que nos meten.

Espero no encontrarme nunca con los productores ni el director por haberme jodido un libro tan bueno. Si no, ya saben lo que les espera...

1 comentario:

  1. Hummmm... Ese Hobo parece que sabe de lo que habla. Y NO está contento

    ResponderEliminar