
En
esta maravillosa comedia, los hermanos Coen, que ya estaban más que bien
valorados por público y crítica gracias a películas como Sangre Fácil o Barton
Fink, nos ofrecen su propia versión de la historia entre las historias, el
poema épico clásico “La Odisea” de Homero. Respetando fielmente la esencia del
original, transportan la historia al sur de los Estados Unidos de la Gran
Depresión (ya sabéis, esa que vino justo después de “los locos años veinte”…si
es que nunca aprenderemos), ese sur misterioso lleno de pobreza, folclore,
superstición, religión, música, delincuencia y pillería a partes iguales. Así,
transforman al astuto Ulises en un atractivo “piquito de oro” incrédulo y
pragmático obsesionado con su pelo, el cíclope en un vendedor de biblias
tuerto, las sirenas en unas sensuales lavanderas (nunca entendí lo de que los
marineros se desviaran por mujeres pez, pero claro, tal y como se ven en la
película todo queda más claro)… y añadiendo el folclore y creencias cristianas
propias del momento, con el mismísimo diablo campando por la Tierra.
¿Extraño?
Sin duda. ¿Efectivo? Totalmente. Con un
guión tan bien escrito como lo suelen hacer los Coen y una historia de tanta
potencia evocativa como La Odisea, todo desemboca en una película
divertidísima, profunda, irónica e incluso me atrevería a decir espiritual, donde
el verdadero tesoro no será otro que la vuelta a casa como en la obra original
y, siguiendo el añadido “góspel” que tiene el film, nada más y nada menos que
la verdadera salvación ante Dios y los hombres.
Todo
este trasfondo envuelto con como ya he dicho un guión bien escrito y muy
sólido, donde las diferentes tramas van confluyendo hasta encontrarse en un
maravilloso clímax en el que todo adquiere sentido y en el que el destino de
todos sus personajes irremediablemente se cumple tal y como predice el negro
ciego, versión Coen del oráculo clásico, que pasea en su carretilla por las
vías del tren (símbolo del destino) tranquilamente al comenzó y final del film.
Me
viene a la cabeza escenas como el bautizo de Pete y Delmar, en el que obtienen
la salvación divina y que luego les protegerá en otros momentos en los que son
acosados por el siniestro sheriff, una estupenda versión del diablo (y que
encima manda narices lleva la estrellita de la autoridad en este mundo), o la
genial escena en la que graban la canción “Man of Constant Sorrow” en los
estudios de grabación regentados por un ciego (!) que desembocará en una trama
nueva del film que terminará uniendo a todas las demás.
¿He
dicho ya por cierto lo estupenda que es la música? Todo tipo de temas clásicos
de la época así como alguna adaptación de temas reales del célebre Tommy
Johnson (que tiene un papel en el film y del que casi asistimos a su famoso
pacto con el diablo) envuelven la película y la hacen crecer, transportándonos
aún más a los años de la Depresión y perfilando en muchas ocasiones a los
propios personajes o a aspectos más abstractos como puede ser las creencias
religiosas. Me viene como ejemplo a la cabeza el contraste de voces puras y
limpias de la hermosa escena del bautismo con sus creyentes bañados en las aguas
contra el tema oscuro y terrible (aunque ojo, también estupendo) con coros
graves acompañando a la canción a la muerte del ritual del ku klux klan.

Si a
todo lo dicho le añadimos unos personajes geniales interpretados por unos
actores estupendos como George Clooney (haciendo un Ulises sencillamente insuperable), John Turturro, John Goodman como perfecto cíclope o un divertidísimo
Charles Durning haciendo del político conservador Pappy O´Daniel, tenemos una
película redonda, divertidísima y que se disfruta de principio a fin, siendo
una estupenda renovación y adaptación a los tiempos actuales (consideraciones políticas incluidas) del que
seguramente sea el texto clásico más importante de la cultura occidental.
Sin
duda mucho, pero muchísimo más se podría decir de este film, sobre todo de sus similitudes y diferencias con la obra de Homero, pero lo mejor es que la consigáis
y la veáis vosotros mismos (altamente recomendable en versión original para
dejarse llevar por el auténtico acento del sur) y la disfrutéis en una pantalla
bien grande. Estoy seguro de que no os arrepentiréis.
P.D.- Y por si os cabe alguna duda mi voto para gobernador del estado es para Pappy O´Daniel y su hora de la harina.
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